Existen muchos más tipos de cliente en arquitectura, pero siempre se pondrán categorías en estos dos aspectos. Uno, el cliente que sabe lo que quiere. Es el típico cliente que te pide la casa de estilo clásico o minimalista, y sabe dónde quiere, cuanto quiere, y como lo quiere.

Muchas veces este cliente es muy versátil porque tiene grabada una idea de su espacio, y sobre todo cuando es vivienda. Entonces esas trabas mentales para la exploración espacial son muy difíciles de romper. La propuesta para este cliente siempre es un reto mayor, porque puede muy fácilmente decidir contratar a otro dibujante que le haga tal cual lo quiere.

Por otro lado tenemos al cliente tipo 2, que no sabe lo que quiere, pero sabe lo que quiere sentir, y el impacto que quiere lograr. Este tipo de cliente es más dinámico y divertido con el que trabajar, puesto que el reto es mayor, y no tan preciso. Esa es la belleza de este cliente. Porque no ponderar a más su criterio, sino también el tuyo y el del colectivo.

Entonces, aquí si es una conversación entre partes para lograr vanguardia en la arquitectura. A estos clientes, cobrarles poco al principio, que se animen a darte la oportunidad de mostrar tu potencial, y las locuras racionales constructivas que propones para tu ciudad, siempre con una lectura urbana que té de premisas para la forma. El colectivo determinará la materialidad autóctona y las tipologías morfológicas del objeto que está dialogando con su entorno, pero gritando al mundo.